El logotipo está diseñado para simbolizar la profunda conexión entre padres e hijos. En él, las dos ‘O’s desempeñan un papel central: la ‘O’ mayúscula representa al padre, mientras que la ‘O’ minúscula simboliza al hijo. Este diseño nace de la necesidad de un padre de estar más consciente y presente en la vida de sus hijos, buscando fortalecer sus vínculos a través de experiencias memorables.
Cada elemento del logotipo ha sido cuidadosamente pensado para reflejar la convivencia y el tiempo de calidad compartido entre padre e hijo, destacando la coexistencia armónica de ambos, uno al lado del otro. La elección de integrar este concepto en las ‘O’s se debe a que el nombre de la marca lo facilita, permitiendo que el diseño del logotipo comunique eficazmente la esencia de crear recuerdos duraderos y significativos en la relación padre-hijo, dedicando tiempo especial y único con cada uno de ellos de manera individual.